Durante aproximadamente 20 años liderando el Departamento de Gestión Humana y Responsabilidad Social Empresarial de una gran Industria,  vi un gran número de profesionales con grandes aptitudes, hojas de vida impecables con posibilidades de proyección en la empresa cuya permanencia era corta, un 50% de ellos el retiro fue motivado por la empresa debido a falta de responsabilidad (actitud)  y el otro 50% por razones diferentes, entre ellas,  no adaptación a la cultura organizacional,  personales o simplemente desaparecían sin decir nada, estoy hablando de colaboradores con formación Universitaria o Tecnológica; entonces,  nos cuestionábamos en la Empresa porque si estábamos haciendo la tarea de cumplir los compromisos con uno de nuestros principales grupos de Interés, no percibíamos en algunos casos por parte de éstos profesionales comportamientos y/o acciones firmemente éticas. La mayoría de causas de terminación del contrato laboral se basaba en actitudes y no en aptitudes, esto nos llevó a preguntarnos ¿Cuál debería ser la relación entre las Instituciones Educativas y la vida laboral (Dependiente o Independiente) que genere una sinergia con enfoque sostenible?